lunes, 2 de noviembre de 2015

¿Cómo puedes tener unos dientes sanos?




Los niños pueden cuidarse los dientes siguiendo los siguientes pasos:
·        Lávatelos por lo menos dos veces al día -después de desayunar y antes de acostarte por la noche. Si puedes, lávatelos también después de la comida y después de tomar un tentempié dulce. Lavarse bien los dientes ayuda a descomponer la placa dental.

·        Cepíllate todos los dientes, no solamente los que están delante y se ven más. Dedica un tiempo a los dientes laterales y a la cara interna de todos ellos. No te cepilles las encías.

·        Dedica tiempo a lavarte los dientes, por lo menos tres minutos cada vez. Si te cuesta calcular el tiempo, utiliza un cronómetro o ponte una canción que te guste para ayudar a pasar el tiempo.

·        Pregunte a su dentista si un enjuague bucal antibacteriano de boca tiene razón para ti.

·        Asegúrate de que tu cepillo de dientes es de cerdas suaves (en el envoltorio pondrá si es suave, medio o duro). Pide a tus padres que te cambien el cepillo de dientes cada tres meses. Las cerdas de algunos cepillos cambian de color cuando toca cambiar de cepillo.

·        Aprende a utilizar seda dental, lo que es muy importante para mantener los dientes sanos. Las primeras veces que utilices seda dental tal vez te resulte extraño, pero en poco tiempo te harás un experto en su uso. Desliza la seda dental entre cada par de dientes adyacentes y a lo largo de la línea de las encías. La seda dental permite eliminar los restos de alimentos ocultos y llegar adonde no puede llegar el cepillo de dientes por muy bien que uno se lave los dientes.

·        ¡También puede cepillar la lengua para ayudar a mantener el aliento fresco!
También es importante que vayas al dentista dos veces al año. Aparte de evaluar si tienes caries o enfermedades que afectan a las encías, el dentista te ayudará a mantener los dientes súper limpios y tal vez te enseñe a sacar el mejor partido del cepillo de dientes y de la seda dental.

Para mantener los dientes sanos no sólo tienes que lavártelos bien y utilizar seda dental -también tendrás que tener cuidado con lo que comas o bebas. Recuerda que la placa dental está siempre esperando a que llegue el preciado azúcar. Come abundante fruta y verdura y bebe agua en vez de refrescos ¡y no te olvides de sonreír!


Mis Dientes




Antes de que se inventara la pasta de dientes

Tenemos una gran suerte de saber tanto sobre cómo cuidarnos los dientes. Antiguamente, cuando la gente se hacía mayor, se le iban cayendo los dientes a trozos, lo que era muy doloroso. Para librarse del dolor de dientes, se los tenían que sacar. Al final, la gente aprendió que era importante lavarse los dientes, pero todavía no se había inventado la pasta de dientes. Mientras te lavas los dientes con tu pasta de dientes con sabor a menta fresca, piensa en las cosas que 

utilizaba antes la gente para lavarse los dientes:
*tiza o carbón en polvo
*zumo de limón
*ceniza (ya sabes, lo que queda tras un incendio)
*una mezcla de tabaco y miel.

¡Qué asco!

No fue hasta hace unos 100 años que alguien inventó una especie de crema con sabor a menta para lavarse los dientes: la pasta de dientes. El tubo de pasta de dientes no tardaría mucho en inventarse, lo que permitió a la gente poner fácilmente la pasta en el cepillo de dientes. La conducta de la lavarse los dientes se popularizó durante la segunda guerra mundial. El ejército de EE.UU. daba cepillos y pasta de dientes a los soldados, y éstos se lavaban los dientes dos veces al día. En aquel entonces, los tubos de pasta de dientes se fabricaban con metal; los de hoy son de plástico blando ¡y mucho más fáciles de manipular!
Hoy en día hay muchas pastas de dientes entre las que elegir, con multitud de colores y sabores, y hay marcas especialmente fabricadas para niños. Las personas que tienen los dientes bonitos anuncian pastas de dientes por televisión y en las revistas. A la hora de elegir una pasta de dientes, asegúrate de que contiene flúor. El flúor fortalece los dientes y los protege de las caries.
Para lavarte los dientes, no necesitas mucha pasta: con un poco de pasta, del tamaño de un guisante, basta. No es una buena idea tragarse la pasta, de modo que asegúrate de enjuagarte bien la boca después de cepillarte los dientes y de escupir cuando hayas acabado.



Tus dientes son tus reflejos.!

Cuando te hacen una fotografía, todo el mundo te dice: "¡Wisky!” “¡Sonríe!" Y tú lo haces -abres la boca y enseñas los dientes. Cuando te enseñan la foto, ves a una persona feliz devolviéndote la mirada. Cuanto más sanos tengas los dientes, más feliz parecerás. ¿Por qué?
Es porque tus dientes son importantes por muchos motivos. Si te los cuidas, ellos te cuidarán a ti. Si tienes los dientes fuertes y sanos, podrás masticar bien los alimentos para crecer y desarrollarte adecuadamente. Los dientes también te permiten hablar con claridad. Y sí, también te ayudan a tener mejor aspecto.

¿Por qué es importante tener unos dientes sanos?

*¿Por qué te interesa cuidarte los dientes? Si te cuidas los dientes, ayudarás a prevenir la formación de la placa dental, que es una capa muy fina que se pega a los dientes. Tal vez no te preocupe demasiado el hecho de tener placa dental, pero el problema es que es muy pegajosa y actúa como un imán para las bacterias y el azúcar.

Como las hormigas en un picnic, las bacterias se enloquecen por el azúcar que tienes en los dientes y lo descomponen en ácidos que destrozan el esmalte dental, provocando la formación de unos agujeros en los dientes denominados caries. La placa dental también provoca gingivitis, una enfermedad en la que las encías se enrojecen, inflaman y duelen. Las encías son el tejido rosa y blando que tienes en la boca y que sujeta los dientes.

Si no te cuidas los dientes, no tardarás mucho en tener caries y dolor de encías. Lo pasarás mal al comer y, desde luego, no te apetecerá mucho sonreír.



Mis dientes, mis estudios.

La formación en el grado de odontología se imparte durante cinco cursos anuales. La práctica odontológica pertenece al sector sanitario, donde se capacita a los estudiantes para realizar una acción efectiva ante cualquier demanda de salud.
Los estudiantes adquieren numerosas competencias del ámbito clínico, como aquellas relacionadas
con bucodental otras disciplinas, desde embriología y anatomía hasta recursos y gestión sanitaria, legislación y Sistema Nacional de Salud. La realización de diagnósticos y pruebas, la instrumentación para la práctica, la patología medico quirúrgica general, su terapéutica y una farmacología general y clínica en odontología constituyen los pilares más básicos de conocimientos que ofrece la formación, además de la prevención de la salud odontológica.



También se adquieren nociones sobre procedimientos quirúrgicos sencillos y trato de las
diferentes enfermedades bucodentales, pues es importante señalar que el grado cuenta con un importante sistema de prácticas a realizar durante los diferentes cursos que pretenden una enseñanza menos teórica y un profesional mucho más cualificado al finalizar el Grado e insertarse al mundo laboral.
Así pues, para comenzar este viaje formativo se deben poseer unas características especiales, desde la más básica como es un gran interés y vocación por la práctica médica y sanitaria y, en concreto, la odontológica, hasta el deseo de prestar servicio y ayudar a las personas. El perfil más recomendable es el de un estudiante de ciencias, con una formación de bachiller orientada a ciencias de salud, capacidad para el manejo de tecnologías cada vez más novedosas, por ejemplo en pruebas diagnósticas, una buena habilidad para el trato con el paciente y para el trabajo colaborativo y grupal.




Los Dientes



El grado o licenciatura en Odontología es una de las carreras mejor remuneradas y una de las que tienen menor tasa de paro. Con la situación que estamos atravesando, se trata de una carrera que nos permite poder acceder al mundo laboral en poco tiempo cuando finalicemos nuestros estudios. Una vez finalizada la carrera puedes empezar a labrar tu futuro, como autónomo montando tu propia clínica o consulta, trabajando para una clínica o centro privado o trabajando para el Estado ejerciendo en la sanidad pública. Lo cierto es que las tres opciones son buenas y dependerá de tus objetivos, características y condiciones. Hay gente que decide trabajar para si mismo, ejerciendo como autónomo y pasando consulta a la hora y días que considera. Otras personas prefieren optar por trabajar para el Estado y disponer de un sueldo fijo todos los meses. Otras muchas prefieren trabajar en la empresa privada porque pueden optar a un salario más alto que el de la sanidad pública. Como puedes ver las tres opciones son positivas y dependerán de tu elección.

Por lo tanto comenzaremos a describir las ventajas de estudiar Odontología como la posibilidad de escoger tres vías para tu futuro laboral de forma que tienes distintos caminos para poder ejercer como dentista.
Otra de las ventajas de los estudios de Odontología es que se trata de una profesión que está bien considerada y bien remunerada. La profesión de dentista requiere una cierta cualificación y su consideración es muy buena. El sueldo de un dentista dependerá del centro o entidad, pero su salario suele ser elevado.
Otra de las ventajas es que los estudios de Odontología disponen de multitud de caminos que uno puede tomar para convertirse en dentista. Existen numerosos módulos o cursos que permiten comenzar en el mundo de la odontología poco a poco para dar el salto a la carrera más adelante. Algunos de ellos son: Auxiliar de clínica dental, Curso de 
auxiliar odontología, Técnico superior de higiene bucodental, etc.

Otra de las ventajas es la satisfacción personal que supone poder ayudar a muchas personas que están pasando momentos incómodos por problemas dentales. El dentista ayuda a muchas personas con dolores en su boca y también mejora la situación dental de muchas personas con problemas. No todas las profesiones permiten terminar la jornada de trabajo sabiendo que mucha gente ha sido ayudada y ha salido feliz de la consulta.

Se trata de una de las profesiones más bonitas y provechosas. Está bien considerada y remunerada. Las posibilidades laborales son amplias y variadas. ¿A qué estás esperando para estudiar odontología?
Por lo tanto comenzaremos a describir las ventajas de estudiar Odontología como la posibilidad de escoger tres vías para tu futuro laboral de forma que tienes distintos caminos para poder ejercer como dentista.
Otra de las ventajas de los estudios de Odontología es que se trata de una profesión que está bien considerada y bien remunerada. La profesión de dentista requiere una cierta cualificación y su consideración es muy buena. El sueldo de un dentista dependerá del centro o entidad, pero su salario suele ser elevado.
Otra de las ventajas es que los estudios de Odontología disponen de multitud de caminos que uno puede tomar para convertirse en dentista. Existen numerosos módulos o cursos que permiten comenzar en el mundo de la odontología poco a poco para dar el salto a la carrera más adelante. Algunos de ellos son: Auxiliar de clínica dental, Curso de 
auxiliar odontología, Técnico superior de higiene bucodental, etc.

Otra de las ventajas es la satisfacción personal que supone poder ayudar a muchas personas que están pasando momentos incómodos por problemas dentales. El dentista ayuda a muchas personas con dolores en su boca y también mejora la situación dental de muchas personas con problemas. No todas las profesiones permiten terminar la jornada de trabajo sabiendo que mucha gente ha sido ayudada y ha salido feliz de la consulta.

Se trata de una de las profesiones más bonitas y provechosas. Está bien considerada y remunerada. Las posibilidades laborales son amplias y variadas. ¿A qué estás esperando para estudiar odontología?



miércoles, 18 de marzo de 2015

Que son los dientes

Diente, del latín dentis, es el cuerpo duro que se halla en las mandíbulas del ser humano y de muchos animales y que sirve para masticar los alimentos o, en el caso de ciertos animales, como defensa. La parte descubierta de los dientes, que resulta visible, se conoce como corona y está protegida por esmalte dental. La raíz del diente, por su parte, no está a la vista en una boca sana. La unión de la corona con la raíz recibe el nombre de cuello.




Las partes del Diente



Compuestos por calcio y fósforo, los dientes son estructuras de tejido mineralizado cuyo desarrollo se inicia a temprana edad. Primero surge una dentición temporal o de leche, que cae de manera natural y es reemplazada por la dentición permanente.

Gracias a los dientes, personas y animales pueden masticar los alimentos para una adecuada digestión. Los dientes pueden dividirse en incisivos (que permiten cortar la comida), caninos (dedicados a desgarrar), premolares (que trituran los alimentos) y molares (muelen). Cabe destacar que los dientes también intervienen en la comunicación oral.
La higiene bucal, que se desarrolla con un cepillo de dientes, hilo dental y otros implementos, es imprescindible para mantener los dientes en buen estado. Si la higiene no es correcta, es posible desarrollar enfermedades como la placa dental, la caries, la periodontitis y la gingivitis.


¿Por qué es importante tener unos dientes sanos?

¿Por qué te interesa cuidarte los dientes? Si te cuidas los dientes, ayudarás a prevenir la formación de la placa dental, que es una capa muy fina que se pega a los dientes. Tal vez no te preocupe demasiado el hecho de tener placa dental, pero el problema es que es muy pegajosa y actúa como un imán para las bacterias y el azúcar.
Como las hormigas en un picnic, las bacterias se enloquecen por el azúcar que tienes en los dientes y lo descomponen en ácidos que destrozan el esmalte dental, provocando la formación de unos agujeros en los dientes denominados caries. La placa dental también provoca gingivitis, una enfermedad en la que las encías se enrojecen, inflaman y duelen. Las encías son el tejido rosa y blando que tienes en la boca y que sujeta los dientes.
Si no te cuidas los dientes, no tardarás mucho en tener caries y dolor de encías. Lo pasarás mal al comer y, desde luego, no te apetecerá mucho sonreír.

Antes de que se inventara la pasta de dientes

Tenemos una gran suerte de saber tanto sobre cómo cuidarnos los dientes. Antiguamente, cuando la gente se hacía mayor, se le iban cayendo los dientes a trozos, lo que era muy doloroso. Para librarse del dolor de dientes, se los tenían que sacar. Al final, la gente aprendió que era importante lavarse los dientes, pero todavía no se había inventado la pasta de dientes. Mientras te lavas los dientes con tu pasta de dientes con sabor a menta fresca, piensa en las cosas que utilizaba antes la gente para lavarse los dientes:
  • tiza o carbón en polvo
  • zumo de limón
  • ceniza (ya sabes, lo que queda tras un incendio)
  • una mezcla de tabaco y miel.
¡Qué asco!
No fue hasta hace unos 100 años que alguien inventó una especie de crema con sabor a menta para lavarse los dientes: la pasta de dientes. El tubo de pasta de dientes no tardaría mucho en inventarse, lo que permitió a la gente poner fácilmente la pasta en el cepillo de dientes. La conducta de la lavarse los dientes se popularizó durante la segunda guerra mundial. El ejército de EE.UU. daba cepillos y pasta de dientes a los soldados, y éstos se lavaban los dientes dos veces al día. En aquel entonces, los tubos de pasta de dientes se fabricaban con metal; los de hoy son de plástico blando ¡y mucho más fáciles de manipular!
Hoy en día hay muchas pastas de dientes entre las que elegir, con multitud de colores y sabores, y hay marcas especialmente fabricadas para niños. Las personas que tienen los dientes bonitos anuncian pastas de dientes por televisión y en las revistas. A la hora de elegir una pasta de dientes, asegúrate de que contiene flúor. El flúor fortalece los dientes y los protege de las caries.
Para lavarte los dientes, no necesitas mucha pasta: con un poco de pasta, del tamaño de un guisante, basta. No es una buena idea tragarse la pasta, de modo que asegúrate de enjuagarte bien la boca después de cepillarte los dientes y de escupir cuando hayas acabado.

¿Cómo puedes tener unos dientes sanos?

Los niños pueden cuidarse los dientes siguiendo los siguientes pasos:
  • Lávatelos por lo menos dos veces al día -después de desayunar y antes de acostarte por la noche. Si puedes, lávatelos también después de la comida y después de tomar un tentempié dulce. Lavarse bien los dientes ayuda a descomponer la placa dental.
  • Cepíllate todos los dientes, no solamente los que están delante y se ven más. Dedica un tiempo a los dientes laterales y a la cara interna de todos ellos. No te cepilles las encías.
  • Dedica tiempo a lavarte los dientes, por lo menos tres minutos cada vez. Si te cuesta calcular el tiempo, utiliza un cronómetro o ponte una canción que te guste para ayudar a pasar el tiempo.
  • Pregunte a su dentista si un enjuague bucal antibacteriano de boca tiene razón para ti.
  • Asegúrate de que tu cepillo de dientes es de cerdas suaves (en el envoltorio pondrá si es suave, medio o duro). Pide a tus padres que te cambien el cepillo de dientes cada tres meses. Las cerdas de algunos cepillos cambian de color cuando toca cambiar de cepillo.
  • Aprende a utilizar seda dental, lo que es muy importante para mantener los dientes sanos. Las primeras veces que utilices seda dental tal vez te resulte extraño, pero en poco tiempo te harás un experto en su uso. Desliza la seda dental entre cada par de dientes adyacentes y a lo largo de la línea de las encías. La seda dental permite eliminar los restos de alimentos ocultos y llegar adonde no puede llegar el cepillo de dientes por muy bien que uno se lave los dientes.
  • ¡También puede cepillar la lengua para ayudar a mantener el aliento fresco!

También es importante que vayas al dentista dos veces al año. Aparte de evaluar si tienes caries o enfermedades que afectan a las encías, el dentista te ayudará a mantener los dientes superlimpios y tal vez te enseñe a sacar el mejor partido del cepillo de dientes y de la seda dental.
Para mantener los dientes sanos no sólo tienes que lavártelos bien y utilizar seda dental -también tendrás que tener cuidado con lo que comas o bebas. Recuerda que la placa dental está siempre esperando a que llegue el preciado azúcar. Come abundante fruta y verdura y bebe agua en vez de refrescos ¡y no te olvides de sonreír!